Historias que merecen un final

Celia Lliso y Teresa Vidal

Suelen decir que las mejores historias tienen los mejores finales. Pero hoy no estamos aquí para hablaros de nuestro final, sino de nuestra historia.

Un gran y joven luchador dijo una vez que no hay regalo más bonito que una sonrisa; y nosotras tuvimos la suerte de comprobarlo hace ya algo más de 5 años. Jamás olvidaremos ese día en el patio, aquel juego de palabras que debíais resolver, vuestra cara de ilusión y emoción al descifrar el mensaje, sonrisas imborrables y vuestra gran carrera hasta nosotras dos. Una carrera que no había hecho nada más que empezar y que hoy, aunque cueste creerlo, está ya cerca de su meta.

“Amb bones amistats al costat cap camí és llarg”. Hace 4 años que escogisteis esta frase para llevarla por bandera, y, a día de hoy, creemos que no podríais haber escogido una mejor. Ha sido un gran camino, una gran carrera de fondo, 5 años repletos de experiencias y vivencias nuevas, de oportunidades y de crecimientos, de buenas y malas rachas; pero, sobre todo, 5 años de recuerdos, sueños, amistades y aprendizajes que nos han hecho llegar hasta aquí. Y es que parece mentira que ya nos encontremos en la recta final, pero va a ser verdad eso de que el tiempo pasa volando cuando te rodeas de gente que te quiere y te hace feliz.

No siempre ha sido una carrera fácil, hemos pasado algunos obstáculos a lo largo de este tiempo y es que vosotras sabéis mejor que nadie lo guerreras que podéis llegar a ser. Además, aunque este último tramo no ha sido como nosotras hubiéramos querido, sabéis que hay que intentar sacarle el lado positivo y si algo nos llevamos de estos días tan complicados, es el valor de cada abrazo, cada beso y cada te quiero. La importancia de disfrutar y exprimir al máximo cada instante; pues cada momento es tremendamente único. La vida es un regalo y nosotras afortunadas de poder compartirlo con vosotras.

Hoy echamos la vista atrás y no podemos sentirnos más orgullosas de todo lo que hemos construido juntas. Os hemos visto crecer a nuestro lado, pasar de ser niñas a ser adolescentes muy valientes. Reunión tras reunión y campamento tras campamento. Millones de momentos guardados en mochilas en los que hemos podido reír, bailar, soñar y llorar. Momentos inolvidables en los que hemos aprendido a dejar atrás complejos, miedos y barreras; en los que hemos descubierto el valor de ser nosotras mismas.

Y así, sin apenas darnos cuenta, hemos creado nuestra propia historia. Una historia de amistad, ganas e ilusión. Mochilas repletas de una pequeña parte de cada una de vosotras que nos llevamos para siempre. Gracias, por hacerlo posible. Por vuestra energía y vuestra capacidad de mejorarnos los días. Siempre al pie del cañón, dispuestas a lograrlo todo, a afrontar cualquier obstáculo y a encontrar en él la fuerza y la unión. Gracias por escucharnos, arroparnos y enseñarnos que no hay nada más bonito que la inocencia.

Gracias por escogernos y por compartir vuestro tiempo. Por cada momento, único, irrepetible e inolvidable. Gracias por aprender con nosotras y por dejarnos aprender de vosotras. Gracias por ser familia, por entregaros y poner vuestro corazón por delante. Y es que, juntas hemos aprendido a respetarnos, a valorarnos y a entender que todas somos necesarias, que todas somos Kawasaki, con nuestros más y nuestros menos; pero que, al fin y al cabo, nos definen y nos hacen ser únicas y especiales.

Alba, Arancha, África, Aroa, Àngela, Amparo, Candela, Carla T, Carla, Eva, Irene, Laia, Laila, María, Natalia, Nuria, Nikole, Paloma,

Gracias por darnos vida.

Gracias por hacernos felices.

Gracias por completarnos y mejorarnos.

Gracias, siempre, por enseñarnos que juntas somos más y que 20 corazones pueden formar un solo corazón.

Suelen decir que las personas más bonitas son seres de luz, y todas vosotras lo sois. Sois increíbles, de pies a cabeza. No olvidéis nunca que lo más importante está dentro de cada una y que podéis ser todo lo que queráis llegar a ser. Pero, sobre todo, recordad que las mejores historias tienen los mejores finales. Hoy os prometemos que el nuestro todavía está por escribir.

Os queremos, con todo nuestro corazón,

Celia y Teresa.